Queridos pastorcitos:
No se rindan en su camino a Belén. Puede ser que sus zapatos rotos estén y que tengan mucho frío y sueño y quieran estar en su camita cobijaditos, calientitos, adormilados, empezando a soñar y dejando de pensar en qué harán mañana, pero debe haber alguna razón para ir a Belén.
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