viernes, 16 de enero de 2009

Broken Heart Disease.

Cuando la ciudad está en el justo medio entre una Cenicienta, su calabaza, sus ratones y el camino a mi casa, me gusta más.
Cuando el día esta a punto de acabar, cuando está a punto de ser dos segundos improductivo, me gusta mejor.
Seis veces antes de acercarme y hablar con él, le llamaba fiebre sentimental. Ese intento de hacer para continuar sintiéndome demasiado vestida. Debería sentir coraje, pero siento tristeza.
Estoy pensando en comprarme un crisantemo. Le gustaban tanto. El día que comimos quesadillas se pasó 30 minutos viendo una foto de uno. La única diferencia que veo es que me sigo viendo en la segunda banca de Chapultepec, justo frente a una lancha roja descolorida.
En esta ciudad donde cada cinco, o seis, o tres minutos alguien se pierde y a nadie le importa, te encontraron. Nos encontraron. Me dejaste ruedas por piernas y ellos te dejaron a ti. Por hablarte ese día, por pensar en voz alta y creer en el destino; llevarte a mi casa. Leerte un cuento. Por dejarte engañarme y dejarme engañarme. Justo es no volver a escucharte. Justo extrañarte. Justo pidiendo perdón.
Justo ahora que nuestra historia se repite.

jueves, 1 de enero de 2009

Ahora una canción de principio de año.

Debe ser muy esperanzadora, que suene a días soleados o nublados pero divertidos.

Como esta.

Antes de que empiece el principio.


Un deseo.

De principio de año.

Deseo que los servidores públicos con los que tenga que lidiar este año sean así.

Gracias.